Una disculpa
Sí sabes que realmente no te odio, ¿cierto?
Bien, pues es la verdad.
Es solo que… ¿cómo puedo decirlo sin sonar como un
maldito llorón de mierda?
¡Ah, qué carajo!
Es sólo que tengo problemas. ¡Listo, ya lo dije!
Supongo que podría decir que estoy loco o que nadie me
entiende. Pero la verdad es que sólo soy un tipo con problemas. Y TODO EL
MUNDO TIENE PROBLEMAS, así que supongo que no soy tan especial.
Pero, esto no es acerca de si soy especial o no. Es
acerca de mis problemas nada más. A veces puedo demostrarte cuánto te aprecio, y creo que te das
cuenta de eso. Pero entonces…yo…yo sólo me canso. Y cuando estoy cansado, me
enojo casi por todo.
Entonces tú me preguntas si estoy bien. Y yo quiero
decirte que no del todo, pero que ahí voy.
Pero simplemente termino balbuceando que sí estoy bien. Entonces tú no me crees
y me preguntas de nuevo. Y…bueno, ahí es cuando me enojo. Aunque, para ser
justos, al menos ya no te grito como lo hacía antes (al menos no demasiado),
ahora simplemente me alejo y te ignoro. ¿Es eso peor?
Lo que trato de decirte es —a ver, déjame quitarte la
cinta de la boca, listo. ¿Mejor, no?
Gracias por no gritar.
Lo que trato de decirte antes de que conduzca el auto
fuera de este puente es:
Lo lamento.
Ahora ya puedes empezar a gritar. Probablemente yo lo
haré también. Carajo, espero que muramos
de inmediato, después de todo, nunca aprendimos a nadar, y ahogarme no es mi
idea de una bonita muerte.
Comentarios
Publicar un comentario